La contratación entre los jóvenes españoles es un problema al que se intenta encontrar solución desde hace mucho tiempo. Los últimos datos revelados por la Encuesta de Población Activa, EPA, en julio de 2019 muestran que el 32,1% de los menores de 25 años se encuentra en búsqueda activa de empleo.

Por ello, desde las diferentes administraciones se siguen buscando soluciones para fomentar la contratación de estos perfiles. Una de ellas es el contrato laboral en prácticas, pero ¿sabes en qué consiste esta modalidad de contratación, las ventajas que supone para las entidades y las especificaciones que necesitan los trabajadores?

Antes de comenzar a detallar el contrato laboral en prácticas es importante tener clara la diferencia con un convenio de prácticas. Mientras que el primero dota al trabajador de todas las obligaciones y derechos de un contrato, este segundo está ligado a una universidad o escuela y puede ser, o no, remunerado. También es importante conocer las diferencias con el contrato en formación, aquel en el que el puesto del empleado no tiene que guardar relación con la titulación.

Por lo tanto, el contrato laboral en prácticas es un acuerdo cuyo objetivo radica en que un trabajador obtenga una práctica profesional directamente relacionada con los estudios que ha cursado.

Para ello, los candidatos deben de cumplir con ciertos requisitos:

  1. Contar con un título universitario, de formación profesional de grado medio o superior o estudios equivalentes. El aspirante debe presentar una fotocopia del título para demostrarlo.
  2. Desde la obtención de dicho título no hayan pasado más de cinco años, aunque los menores de 30 años están exentos de esta condición. En el caso de los empleados con discapacidad no habrán podido pasar más de siete años.
  3. No haber trabajado con este tipo de contrato durante dos años en cualquier empresa.

Con respecto a las particularidades del contrato laboral en prácticas cabe destacar que la duración mínima no podrá ser inferior a los seis meses ni superar los dos años. Además, el periodo de prueba se comprenderá con un máximo de un mes para los trabajadores que hayan cursado un grado medio o posean un certificado de profesionalidad de nivel 1 o 2. En el caso de aquellos trabajadores con un grado superior o certificado de profesionalidad 3, el tiempo máximo de tanteo no podrá exceder los dos meses.

El sueldo de estos trabajadores también está fijado mediante contrato pues, aunque guarde relación con lo establecido por lo fijado por los colectivos, durante el primer año no podrá ser menor del 60% de otra persona que esté desarrollando sus mismas funciones. Para el segundo año, se establece que la cantidad percibida no podrá ser menor al 75%. No hay que olvidar que la cantidad percibida por el trabajador con contrato laboral en prácticas nunca estará por debajo del sueldo mínimo interprofesionales.

Al termino de la relación contractual entre empresa y trabajador se deberá de otorgar un certificado.

Beneficios para las empresas del contrato laboral en prácticas

Mientras que el trabajador consigue fortalecer sus competencias en un ambiente profesional, la empresa también consigue grandes beneficios. Entre ellos se pueden destacar:

  1. Reducción del 50% en la cuota de la seguridad social a la hora de emplear a un menor de 30 años mediante la modalidad de contrato laboral en prácticas y ampliable hasta los 33 en el caso de los empleados con discapacidad.
  2. Esta cifra puede aumentar hasta el 75% si en el momento de la contratación el profesional no está realizando prácticas no laborales.
  3. La empresa puede beneficiarse de una bonificación del 100% si el candidato está inscrito en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil y cumple las características anteriores.

Al convertir un contrato laboral en prácticas a indefinido, la empresa recibirá 500€ al año durante tres años, que se descontarán de la cuota de la seguridad social. Si se hace con una mujer, entonces de forma anual la entidad recibirá 700€ que, de igual modo, se descontarían de la asignación.